La raza humana tiende a dividirse en estratos sociales, por jerarquías, los unos mejores que los otros. Esto desde el principio de la humanidad, es por esto que existe la opresión, por el afán de algunos de sentir el poder.
En más de una cultura, bastantes seres humanos han sido oprimidos, rebajados, menosprecidos, devaluados, subestimados, humillados, e ignorados por el simple hecho de haber nacido mujeres. Esa es la realidad que algunos clasificarían como "pasado", sin embargo sigue muy presente en diferentes maneras talvez más “civilizadas”, es decir, más disimuladas y adaptadas a la sociedad actual. El feminismo se creó como una respuesta a esa opresión. Sin embargo en mi propia experiencia he aprendido que la peor manera de estar en contra de algo es atacarlo con sus mismas estrategias, y terminar convirtiendote en lo que enfrentas. Al investigar un poco más sobre esta revolución ideológica, me topé con el feminismo de la diferencia, el cual busca la libertad y la igualdad desde la diferencia sexual, buscando la identificación y defensa de las características y atributos propios de una mujer y no para hacer lo mismo que los hombres.
No se puede confundir la desigualdad con las diferencias. Al buscar una igualdad totalitaria , estaríamos buscando el desplazamiento y anulación de las diferencias que nos enriquecen; al anular las diferencias obtendríamos un modelo único y dominante, un pensamiento totalitario que no dejaría espacio para la diversidad que nos enriquece. Sí, somos diferentes porque lo que yo no tengo lo tienes tú, y lo que tú no tienes lo tengo yo; son estas diferencias las que nos hacen complementarios, no suplementarios. El problema es que estamos convirtiendo las diferencias en desigualdades; competimos sin comprender que no estamos en una carrera.
Hemos malinterpretado las diferencias en todos los ámbitos de nuestra sociedad, ya que en cada estrato social hay diferencias que generan desigualdades. De los padres a los hijos, del gobierno al pueblo, de país a país, etc. Por lo tanto somos toda una humanidad oprimida, excluida y devaluada; no sólo un género sexual. Empezando por una comprensión de las diferencias humanas, podremos seguir con una comprensión de las diferencias sexuales. Empezamos por una transformación del mundo desde un cambio en la vida propia.
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Sí somos diferentes, pero lo que yo no tengo lo tienes tú y lo que tú no tienes lo tengo yo; son estas diferencias las que nos hacen complementarios, no suplementarios.
ReplyDeleteeres mi heroea